Pese a que es un ejercicio poco impresionante sobre lo macabro, este cuento con toques del gótico sureño está en su mejor momento cuando se enfoca en su trío de carismáticas señoritas protagonistas y cuando valsea delicadamente de diálogo a diálogo, toma a toma y mirada a mirada durante algunos momentos clave, sobre todo en las escenas que ocurren en el comedor. Sin embargo, también muestra su peor cara en cuanto a la estructura de la trama, la obviedad de la historia, la consistencia del tono a lo largo de la misma y lo apresurado de los actos primero y tercero. Y vaya que éstos vuelan.
El primer acto habría mejorado mucho en términos de desarrollo de haber tenido unos quince minutos adicionales. Hay una frustrante falta de trabajo en los personajes que emerge justo cuando McBurney empieza a interactuar con las mujeres de la casa. De hecho, Coppola está tan empeñada en lanzarlo a los lobos que se olvida de dotarlo de características propias de la seducción, y la poco convincente actuación de Farrell deja lo anterior al descubierto en cuanto comparte tiempo en pantalla con Kidman o Dunst (hipnotizantes, las dos). Hay intriga, sutileza, misterio y tensión a punto de explotar a todo lo ancho y largo de la casa pero todo se siente fuera de lugar. La obsesión enamoradiza de McBurney con Edwina es inmerecida, así como lo son también algunas de las acciones de otros personajes: si bien son interesantes e impulsivas, también son inesperadas e injustificables. Para hacer todo más desconcertante, Coppola parece incapaz de decidir si lo que quiere hacer es un drama, una comedia o un thriller psicológico. Sí, la película bien podría incluir estos tres géneros sin tener que ser etiquetada con solo uno de ellos, pero el tono es tan inestable a lo largo del filme que se pierde en el golpe final y lo deja a uno varado en los confines del potencial perdido.
Lo que Coppola logra cimentar de forma magistral es una hermosa cinematografía, el uso de luz natural y un elegante aunque minimalista diseño de producción, un reflejo de lo contenida y controlada que es su visión sobre el asunto. También tiene buenos momentos y por supuesto que hay que darle crédito a su exploración de la sexualidad, la lujuria y la represión, así como a la representación liberadora y sin ataduras de los deseos femeninos.
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Título: The Beguiled (2017)
País: Estados Unidos
Dirección: Sofia Coppola
Guion: Sofia Coppola
Reparto: Nicole Kidman, Colin Farrell, Kirsten Dunst, Elle Fanning, Angourie Rice, Oona Laurence
Duración: 94 minutos
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